Nuestro primer destino luego +de decidir emprender la vuelta fue South Lake Tahoe, unos 1200 km al sureste. Era un recorrido largo pero la ruta que tomamos era una de esas que los estadounidenses denominan «scenic route», hermosas vistas por todos lados. Siempre es lindo manejar por estas rutas, es como ver la tele en HD todo el día mientras tomamos mate.
Una mañana salimos con la bici por un sendero que cruzaba el bosque, pero un arroyo nos impidió seguirlo, después de estudiarlo un rato largo, nos dimos por vencidos y tuvimos que pegar la vuelta.
South Lake City es un lugar muy bello, de los más lindos del viaje. Nos recordaba mucho al sur argentino. Un gran lago azul que podría ser tranquilamente el Nahuel Huapi o el Lácar. Por la noche hacía frío pero durante el día, si el sol acompañaba, estaba lindo y aprovechábamos para caminar y andar en bici. Lo que más nos gustó fueron los hermosos senderos que hay por todas partes, atraviesan arroyos, pasan por tupidos bosques y terminan bordeando el lago. Hicimos picnics sobre el lago, asados en los campings y recorrimos las antiguas estancias del lugar.


Un cartel que comenzamos a ver cada vez más a menudo fue el “Close for season” (cerrado por temporada). Debido a esto, sólo dos campings de la docena existente estaban abiertos y pedían 80 USD por una noche. Por eso una noche la pasamos en un hotel (Three Peaks 45 USD) y las otras dormimos en el bosque “a la natura”, como decían nuestros amigos belgas, Les Janco.

El último día fuimos al hospital porque a Luquis le dolía mucho el dedo chiquito del pie y también sus partes íntimas cada vez que andaba en bici. Llamamos al seguro médico y en seguida nos dieron las indicaciones para llegar al Barton Memorial Hospital. Allí le hicieron placa, ecografía, análisis de orina, incluso le dieron una zapatilla ortopédica para caminar. Increíblemente no nos cobraron nada, todo lo cubrió el seguro de viajero (Universal Asistance).

